miércoles, 7 de enero de 2015

UNA TRAGEDIA

Hola a todos.
Este relato transcurre en la isla de Tambo, donde transcurre mi novela El corazón de Carolina. 
No es la historia más alegre que he escrito, pero el amor, al igual que la vida, tiene una vertiente trágica.
Está dividido en varias partes que quiero ir subiendo todos los días a este blog.
Pero es un relato más bien cortito que espero que os guste.

UNA TRAGEDIA

ISLA DE TAMBO, EN LA RÍA DE PONTEVEDRA, 1815

                    Fernando y Elena se enamoraron durante un baile. Éste tuvo lugar en la aldea donde ambos vivían. Esta aldea se situaba en la isla de Tambo. Era un domingo por la tarde. Eran los primeros días de la primavera.
            No hacía frío. Pero tampoco hacía calor. Elena siempre había sido tratada por su madrina como un ser frágil y débil. Desde que era muy pequeña había estado muy enferma. Sin embargo, al crecer, su salud había mejorado bastante. No obstante, su madrina seguía sobreprotegiéndola. Pero Elena quería divertirse.
            De pronto, Fernando, al que ella conocía del pueblo, se acercó a ella. Y la invitó a bailar. Su madrina intentó detenerla. Pero Elena no les hizo caso. Quería divertirse por una vez en su vida. Por ese motivo, aceptó la oferta de Fernando. Se puso de pie y comenzó a bailar con él. Dio vueltas…Y más vueltas…Quería echar a volar y casi lo consiguió.
            Se echó a reír con ganas. Se estaba divirtiendo muchísimo y eso era lo que ella más deseaba.
            Fernando pertenecía a la aristocracia. En cambio, Elena era una humilde sirvienta. 
           Trabajaba como criada en la casona de la tía de Fernando. Él pasaba largas temporadas en la isla huyendo del ajetreo de Santiago de Compostela. 
            Elena parecía haber recobrado la salud desde que alcanzó la adolescencia. 
            Los dos no podían venir de mundos más opuestos. Fernando era el duque de Santa Comba. Ostentaba uno de los títulos más importantes de toda la aristocracia española. Además, era inmensamente rico y poseía numerosas tierras a lo largo de Pontevedra. 
             Elena, en cambio, era la hija bastarda de una de las numerosas sirvientas que trabajaban en la casa de doña Catalina, la tía de Fernando. 
              Su madre había muerto tiempo atrás. Sólo tenía a su madrina, que era quién la estaba cuidando. Elena sentía una gran envidia al mirar a Aurora. Era la hija de su señora. 
              Deseaba ser como ella. A escondidas, la imitaba en todos sus ademanes. 
              Fernando y Elena se separaron cuando terminaron de bailar. Sabían que iban a ser motivo de numerosos comentarios. En aquellos momentos, Fernando era consciente del gran escándalo que acababa de protagonizar. 
             ¡Bailar con una bastarda! Por la vida de Fernando habían pasado muchas mujeres. 
             Pero...Había algo en Elena que le atraía sin remedio. No sabía a ciencia cierta de qué se trataba.


                               

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